Es inevitable, por lo menos para mí, el reflexionar acerca de la responsabilidad que tenemos todos los seres humanos, en moldear el destino de nuestro planeta. ¿Que les dejaremos a nuestros hijos? Abramos la mente, el corazón, y pongamos aunque sea un granito de arena a la causa. Los animales son seres de sentimientos nobles. Lo demuestra todos los días la perrita que estoy criando desde que la encontre de muy pequeña abandonada en la calle. Hace fluir lo mejor de mi. Estoy orgullosa de decirles que me he vuelto vegetariana. Y pido perdón a aquellos seres que le han quitado la vida injustamente para poder saciar mi apetito omnivoro.
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